quarta-feira, 26 de maio de 2010

Breve crónica de un concierto.


Comenzó a sonar su nota, se expandió en el aire.
Ya nada se oía derredor porque ella lo envolvía todo.
Un viejo al costado mío gritaba, solo veía la mueca y con eso imaginaba su ruido ronco.Pero las notas seguían una tras otra. Cerraba mi puño y lo abría, lo percutía contra mi muslo. Aveces contra la silla. Comenzaba a creer que el suelo del teatro era un pedal de bombo. Realmente creía que lo era.
Luego apoyaba la cabeza contra el respaldo del asiento. La nuez en mi cuello emergía de la piel con ese movimiento. Era como si tratara de tocar el techo con la nariz. O tan sólo con la vista, aunque se veía muy oscuro.
Bajaba la mirada un poco nada más, y estaba ahí. El reflejo de la luz que chocaba contra el puente de la Fender Jaguar, era como un faro que aveces me encandilaba...
...quise ser Yann en ese momento.

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